Reseña

Estas páginas recorren la vida de Mónica Ortiz, ceramista chilena que ha dedicado más de
cuatro décadas a transformar la arcilla en belleza, el oficio en arte y la enseñanza en legado.
Desde sus primeros pasos, hasta su consagración en escenarios internacionales, su historia
es una oda al compromiso, la creación y la persistencia.
Pero no se trata solo de técnicas ni de piezas expuestas en vitrinas: en estas páginas vibra la
pasión de una mujer que supo escuchar su intuición y sus deseos más profundos. Incluso
viajó hasta el origen mismo de la cerámica, en Jingdezhen, China, y volvió para compartir lo
aprendido. Su obra no termina en la forma: continúa en cada estudiante y en cada taller que
organiza año tras año.
Una biografía que honra no solo su trayectoria, sino también su profunda visión del arte
como puente entre lo íntimo y lo universal.