Desde otra vereda
Cuando se escribe, se sacan los propios demonios, quizás a través de otras personas. En este pequeño volumen de Carolina Cerpa, ella nos muestra imágenes diversas, a veces de proteccióm, a veces de amor, a vwcea de lujuria y otras de odio. Cuando se pinto, no sólo se retrata lo que se ve, también se tetrata algo de uno mismo.Igual ocurre cua ndo se lee. Un libro, al igual quea mente, sólo es Fecundo cuando se abre. Por ello este libro lllamaba a ser leído con memte abierta. Carolina Cerpa nos invita a mirar la vida desde otra vereda