Reseña

Dividido en dos partes, Castración del cielo y otros poemas expone una tensión irresuelta -oxímoron fulgurante- entre lo mítico y lo secular. Por un lado, se remonta a los cimientos de la tradición greco-latina; por otro, nos remece con los conmovedores extravíos de un poeta de asombrosa inventiva. Más allá de la apariencia, ambas virtudes siempre van de la mano. Si uno de los rasgos centrales de la Antigua Grecia consistía en ser una “cultura de la exterioridad”, de la polis, del orgullo, de la gloria; Rodajo opera un giro radical a la hora de trastocar esta característica cultural: la individualiza, la interioriza, la torna melancólica y la acepta en la misma medida que la reniega y la maldice, volviendo los padecimientos de Urano, contra su propio destino. Urano, condenado a una profecía en angustiante consumación, se torna símbolo del pathos poético del sinsentido. Su grandeza está en saberlo. En vivirlo y en no querer vivirlo. Y, sobre todo, su grandeza está en escribirlo. Rodajo ha labrado una epopeya magistral bajo la sal de una “tierra sinónima de inmensidad / cuyo cielo ni siquiera la cubre totalmente.”