Casa Tres Volcanes
Una escultura es mucho más que una obra de arte bella o puramente estética para el goce de la mirada y los sentidos. Una escultura, bien emplazada, transforma el espacio e inaugura un nuevo sitio, un lugar que es diferente —diferente por completo— al preexistente. En ese sentido un granito, un fierro forjado o un hormigón, pueden hacer que ese paisaje se trueque, cambie de significado y dimensión.
El volcán Villarrica (2847 m); el volcán Quetrupillán (2360 m) y el volcán Lanín (3747 m) son quienes le regalan el nombre a la casa. Son los puntos geográficos que permiten situarnos en el paisaje; son las cabezas que regentan la comarca, hechizando a geólogos y turistas. Ellos nos regalan decenas de centros termales y son los que cada cierto tiempo nos recuerdan, en cada erupción, nuestra condición de seres humanos frágiles y vasallos de la naturaleza.
Pero estos tres volcanes son también tres escultores del Chile Central, de la América Andina: Federico Assler, Francisco Gazitúa y Vicente Gajardo.
Este pequeño catálogo es un registro de sus aportes a nuestro hogar y también un homenaje a su arte que conmueve. Somos unos afortunados: tenemos con nosotros a los volcanes y a los escultores. Lo sabemos y lo celebramos.