Aguada
Libro de poemas.
Me encontré mirando al techo hablando con todas mis voces. Hasta que una a una comenzaron a hacerse (a ser) silencio.
En la pausa y el retraimiento del cotidiano busqué sin querer, como por necesidad, un estado similar a la transición sueño-vigilia, que me ha permitido escuchar de fondo una canción. Marea roja para quedarse en la orilla, taza de leche para contemplar, salmuera para las heridas y agua helada para la circulación.
La intimidad ha dejado de avergonzarse y ha salido a mostrar su belleza.
La Autora