La hermandad secreta
Y el estigma del Tarot Masónico
La novela, narrada en primera persona, muestra el mundo secreto de las logias masónicas en Chile. La historia comienza por el final y trascurre principalmente en Santiago, en el edificio del Club Masónico, a lo largo de la última década, con algunas regresiones a etapas juveniles de la vida del protagonista.
El protagonista, Darío Topacio Díaz, comienza informando que el Gran Tribunal de la Gran Logia le ha dado la más alta sanción: será expulsado de la masonería en el orbe mundial, y será rayado y borrado, lo que supondría que, además, le aplicarían el conjuro de la amnesia. Sintiéndose amenazado por este conjuro inicia la escritura de sus recuerdos y conocimientos de la hermandad, lo que da origen a este relato plasmado en formato de novela.
Cuando Darío es profesor de historia y pintor. Cuando ingresó a la logia masónica a los 33 años conoció a Heine Vargas, un brujo profesional, quien lo invitó a su casa y le leyó el tarot. En ese lugar Darío vio una serie de cuadros alusivos al tarot. En ese momento le dijo que le gustaría pintar una serie así. Heine le dijo que el tarot tenía una maldición, y podía acarrear la muerte. Le contó que los cuadros que él tenía en su casa eran los que habían quedado de un incendio en el cual murió su amigo, quien los había estado pintando. En esa reunión también le reveló que la Masonería trabaja con fuerzas luciferinas, y que, dentro de la hermandad, existía una cofradía secreta de psíquicos que ejecutaba un conjuro en contra de aquellos que fueran expulsados de la Orden y puedan ser un peligro, cuyo efecto es borrarles la memoria; es el conjuro de la amnesia. Agrega que un expulsado y borrado de la masonería podría contrarrestar el efecto del conjuro de la amnesia es escribiendo todo lo que desee salvar de la desmemoria.
Transcurrieron doce años, tiempo en el cual Darío progresó en su formación masónica y llegando a ser conocido por haber escrito un importante libro sobre la Masonería en Chile, y destacándose también como artista pintor. En ese tiempo de creatividad artística comenzó a pintar un tarot masónico.
Su éxito despertó la envidia de un grupo de hermanos de su Logia Fraternitas quienes llevaron adelante un plan para expulsarlo. Darío, ya fuera de la hermandad, tomó venganza en contra de los tres hermanos que habían armado la conspiración para expulsarlo, pintándolos en la carta del Diablo.
Terminó de crear su tarot masónico y logró publicarlo a través de una famosa editorial italiana. La obra comenzó a ser vendida por el mundo llegando también a Chile. Luego de cinco años de exilio masónico Darío pudo regresar a la hermandad a través de la Logia Abarhamica. Transcurrido un tiempo, los masones aludidos en la carta del tarot, lo descubrieron y nuevamente comienzan a conspirar para que fuera expulsado. Viendo el peligro escapó a otra logia dónde los conspiradores, encabezado por Asterión, su enemigo, también los descubrieron. Lo pasaron a un tribunal masónico y doblegaron al jefe de su logia. Comenzó una larga batalla judicial la que finalmente termina con su expulsión.
Darío finalmente descubre que la Cofradía de Psíquicos de la Amnesia sí había existido, cuando un amigo, lo invitó a su casa para mostrarle una daga que había comprado a un reducidor en una feria, la cual había sido robada del Club Masónico: en ella estaba grabado el nombre de la cofradía,
Darío consigue que le pasen la daga y la lleva dónde un conocido hechicero para pedirle realizar un contra conjuro. El efecto de este fue que la maldición de muerte recayera sobre Asterión, quien, en efecto, se enferma y muere. Con la muerte de este personaje antagonista, Darío se ve librado de la profecía, pero comprende que su muerte ha sido la muerte masónica.