El amor es un globo que sube
Se me había ocurrido un cuento de un chico y una chica que
quieren hacer un pacto de amor y recurren a los globos medusa
que vuelan con aire liviano y que llevan los deseos hasta el infinito
para que se cumplan. Prenden fuego en su base para elevarse.
El otro será un globo relleno de hidrógeno.
Idealizan pensando que ambos llegarán más alto, pero en el camino
el de hidrógeno, aire mucho más volátil y, por lo tanto, peligroso, se
eleva con mayor velocidad y, luego de años (en que los jóvenes se
casan, tienen hijos, se separan), el esperpento hinchado llega al
techo donde iba el otro globo de amor a la deriva y, por el puro
hecho de toparlo, se declara un incendio.
Se quema la estratósfera, aparece algo así como el Apocalipsis que
se extiende a los seres humanos, místicos o no. Y había que ver si
se acababa solamente el tema de la pareja de bobos, o
sucumbíamos todos.