Mi tren de madera
Lluvia en la ventana
Desde temprano, las nubes cubrieron todo el cielo y la lluvia comenzó a caer despacito. Clara se asomó a la ventana y suspiró. Tenía las botas puestas, pero parecía que no iba a poder salir. Tomás
apareció con una idea diferente. Trajo frascos de vidrio y los puso sobre el borde de la ventana. Las gotas caían dentro haciendo ruiditos suaves: plim, plam, plom. ¡Escuchá! —dijo Tomás—. ¡Es música de gotitas!