Mi habitación
¿Te has detenido a pensar que nuestra habitación es uno de los lugares más importantes
de nuestra vida? Es el lugar donde permanecemos la mayor parte de nuestro tiempo,
donde tomamos las decisiones más importantes o quizás, aquellas muy cotidianas pero
que denitivamente determinan el rumbo de nuestra vida.
Es nuestro espacio íntimo, donde dejamos caer las máscaras, donde somos realmente
nosotros: vulnerables, auténticos y sin armaduras. Pero esta habitación no solo es
importante para nosotros, también lo es para Dios. Él es el único que puede atravesar esas
cuatro paredes sin invitación, el único testigo constante de todo lo que ocurre allí.
Te invito a un viaje en el tiempo para descubrir una habitación que cambió el curso de la
historia, un lugar donde la voz de Dios irrumpió tras años de silencio, encendiendo un
avivamiento en un pueblo que se había alejado de su Creador. Y no solo exploraremos
esta habitación especial. También te abriré las puertas de las habitaciones de mi propia
vida, compartiendo desde mi vulnerabilidad cómo, por la gracia de Dios, pude
transformar mi habitación en un lugar donde Dios es honrado todo el tiempo.
¿Qué pasaría si tus paredes hablaran? ¿Cúal es la historia que contarían de ti hasta hoy? Si
al hacerte esta pregunta viene vergüenza, quiero que sepas que aún hay esperanza, hay
una nueva oportunidad para que esta historia cambie y puedas abrir tu habitación y tu
corazón sin temor a nuestro buen Dios, permítele entrar y restaurar profundamente cada
espacio de tu corazón, haciendo de tu intimidad una historia épica y digna de ser contada.
Te invito a experimentar el placer que signica hacer de tu habitación un lugar donde Su
voz, esa misma voz que despertó el universo y creó todo lo existente, se escuche
constantemente. Créeme, ¡No hay nada mejor que hacer de tu habitación, Su lugar!