Mecanología de la tortura
En el Chile dictatorial
Una cierta interpretación fundante del discurso de la llamada “transición” sostuvo que el golpe de Estado había sido un quiebre tan excepcional como inexplicable de la larga y asentada tradición republicana chilena. Como si se hubiera tratado de un accidente, una irrupción injustificada de violencia, la catástrofe nacional no tendría explicación profunda y, por lo tanto, se
habría producido tan solo a raíz de malas decisiones, de errores puntuales. La tortura habría sido un fenómeno más de aquella excepcionalidad. Terminada la dictadura, retomada la senda democrática, simplemente debía ser dejada atrás. Mi intuición/temor es, desde hace mucho, diferente. Sospecho que puede haber algo en la historia y/o en la cultura chilena que hizo posible el golpe y la dictadura con toda su carga destructiva, incluida
la tortura. Esta catástrofe podría tener un origen y unas causas profundas y, por lo tanto, el riesgo de que se repitiera lo vivido era muy real, sobre todo si como país no hemos sido capaces de elaborar acabada y contundentemente lo acontecido.