Memorias para habitar en la esperanza
«Memorias para habitar en la esperanza» nos hace recorrer la memoria, la historia de casi un siglo de los avatares del mundo de familias trabajadoras, memoria familiar, historia (oculta o invisibilizada) de nuestro país. La migración del campo a la ciudad, el aumento de la población y la falta de viviendas; la toma de terrenos, colectiva y organizada un 1° de Mayo, día de la clase trabajadora luchadora, y ahí construir un lugar decente para habitar, dando vida a la solidaridad entre hombres y mujeres para construir una sociedad digna, para educar a niñas, niños y adolescentes; donde el trabajo era la forma decente de conseguir lo necesario. Donde la ayuda mutua y la solidaridad comunitaria hacían de nuestras vidas algo hermoso, a pesar del barro o las polvaredas.
Hacer esta memoria familiar, de la pobla, de nuestra historia popular, en tiempos de drogadicción, narcotráfico y crímenes por disputas de territorios y ajustar las cuentas a balazos entre iguales; en este presente donde lo que pareciera interesar es el tener (dinero, marcas, fama, fuegos artificiales) para ejercer poder contra los más débiles y mantener a los vecinos en el miedo a tiros y balazos.
«Memorias para habitar en la esperanza» es la utopía de una sociedad mejor; digna, justa. Para ofrecer futuro a nuestras poblas, nuestros barrios. El camino de reunirse, conversar y avanzar por los sitios eriazos y hacerlos lugares habitables, lugares de encuentro. Haciendo memoria construimos historia.
Extracto del prólogo escrito por el profesor y escritor, Francisco Miranda Cornejo.