La Tatuana
DE LA LEYENDA A LA NOVELA
Descubrí la leyenda de La Tatuana en 2011, en una visita del Ayuntamiento de Antigua Guatemala, donde se encuentra una réplica de la cárcel donde habría aguardado su ejecución. En cada versión, el relato tiene lugar luego de uno u otro de los tres grandes terremotos que destruyeron en gran parte la capital colonial (1717, 1751 o 1773), hasta que finalmente fue trasladada hacia el oriente en 1776. Dependiendo de las fuentes, no se sabe a ciencia cierta si la historia de la Tatuana tuvo lugar en la Nueva Guatemala de la Asunción –hoy Ciudad de Guatemala– o en la Muy Leal y Muy Noble Ciudad de Santiago de los Caballeros –hoy conocida como Antigua Guatemala. Elegí asentar la novela en la última, luego de los primeros terremotos de San Miguel.
Esos años son unos de gran potencial narrativo, gracias a una tela de fondo donde predominan las múltiples comunidades religiosas, el florecimiento arquitectónico, la incipiente modernización, y la consolidación de las autoridades de la ciudad respaldadas por el Tribunal de la Inquisición. La ordenación social era compleja, entre la minoría de hidalgos españoles y criollos, una diezmada población indígena, y la creciente presencia mestiza y negra, constituida tanto de esclavos como de negros libres que iban adquiriendo poder en la organización de la ciudad. De la realidad histórica, solo sobrevivieron en La Tatuana algunos nombres y la figura de Diego de Porres, nombrado Arquitecto Mayor de Obras de la Ciudad en 1703. El desarrollo del relato debe mucho a su legado arquitectónico, pero todo lo demás es ficticio. 
Existen diversos estudios y versiones de La Tatuana, pero esta novela se inspira principalmente en Leyendas de Guatemala (1930) del Premio Nobel de Literatura Miguel Ángel Asturias y De amores hechizados y otras historias encantadas (2006) del historiador y antropólogo Celso Lara Figueroa, ambos respetados guardianes de la memoria de Guatemala. Hasta hoy, asombra la continua resonancia de la leyenda en el imaginario del país, cuyas manifestaciones siguen invadiendo las redes, desde lecturas, teatro y cortos animados hasta videos caseros y canciones como aquella inolvidable de Rebecca Lane. 
Quisiera agradecer a mis amigas y amigos amantes de la literatura que me acompañaron en esta aventura con su escucha amorosa y lectura crítica, capítulos tras capítulos. Destaca el dedicado trabajo de Karo CP, escritora, guionista y editora, cuyas observaciones y atento trabajo de edición fueron un real aporte al texto final.