Unión San Felipe: El equipo de los humildes
De los potreros a la Libertadores 1970-1972
Domingo 12 de diciembre de 1971. En el estadio Municipal de San Felipe,
restando una fecha para el término del campeonato nacional de Primera División, el cuadro de Unión San Felipe se coronaba por vez primera como campeón de la serie de honor, y de paso, escribía una de las hazañas más significativas en la historia del fútbol chileno, proeza que aún no ha sido superada.
El “Uní Uní”, conseguía la inédita marca de ser consecutivamente campeón de Segunda División en 1970 y de Primera División en 1971. Lo llamaron el equipo de “Los Humildes”. El que de los “potreros” llegó a la Copa Libertadores en 1972. El que unió a toda la provincia de Aconcagua y remeció a los habitantes de la ciudad de San Felipe.
Su fútbol de entrega, sacrificio y lucha por todos los sectores de la cancha, los consagró como los mejores. Ambos logros, conseguidos bajo el mando técnico de Luis Santibáñez Díaz, junto a un grupo de jugadores, para muchos desconocidos, pero que como cualidad, tenían un gran sentido de equipo, compañerismo, modestia, espíritu de sacrificio y por sobre todo, humildad a toda prueba.
Los nombres de Humberto “Chico” Tapia, de Gastón “Gato” Alarcón, Marcelo Bellavigna, del Boris Canales, Wilson Castillo, Hernán “Huaso” Olmos, Manolo Gaete, Antonio “Cocoa” Villarroel, Manuel “Poroto” Núñez, Ricardo Rojas, Uruguay Graffigna, Heriberto “Bambi” Briones, René “Marihuana” Álvarez, del “Pelado” Guillermo Miranda, del “Huaso” Rafael Henríquez, de Víctor “Pato” Díaz, del mundialista Jaime Ramírez Banda y del eterno Salvador “Monito” Gálvez, entre otros, junto al de Luis “Locutín” Santibáñez, quedaron por siempre en la historia del fútbol chileno y sudamericano, alcanzando un hito deportivo que hasta ahora
no ha sido igualado por ningún otro club profesional en nuestro país.
Unión San Felipe: el equipo de “Los humildes”. Una hazaña deportiva, digna de ser contada y narrada por sus propios protagonistas, sus familiares y por quienes vivieron esos gratos momentos de euforia y gloria en torno a la institución sanfelipeña.