Nace la palabra
Antología poética
Nace la palabra: un coro sin jerarquías
Por Diana de la Fuente Ortega
Violeta Ediciones
Las palabras no nacen solas: necesitan un espacio fértil de escucha, de vínculo, en otras palabras, de comunidad. Nace la palabra es el testimonio vivo de ese gesto colectivo: una antología que reúne las voces de quienes se atrevieron a escribir desde lo íntimo, lo cotidiano, aquello que tantas veces se vuelve invisible.
Bajo la guía sensible y comprometida de Nicole Contreras Aguayo, este taller literario se convirtió en un territorio de creación, donde cada participante encontró en la poesía un modo de vivir el mundo.
Gracias al Fondo del Libro y la Lectura, dicho proyecto logró materializarse. No obstante, su auténtico valor reside en lo inconmensurable: la valentía de escribir desde la vulnerabilidad, la diversidad de estilos que conviven sin jerarquías, la construcción de una comunidad que se reconoce en la diferencia.
Los autores y autoras de esta antología comparten una pulsión común: transformar la experiencia en lenguaje. Provienen de profesiones diversas, docencia, diseño, bioingeniería, psicopedagogía, y de edades que cruzan generaciones, lo que enriquece aún más el tejido de voces reunidas. Cada una de ellas, al enfrentarse a la hoja en blanco, aporta sus propios colores y matices, construyendo un diálogo múltiple que se entrelaza como una polifonía viva. En esta diversidad radica la fuerza del libro: no hay una sola mirada, sino muchas que se cruzan, se escuchan y se celebran en su pluralidad.
Pedro Hernández navega “Rumbo al puerto de la sombra, zarpa el barco que soy yo”; Estephani Parada nos habla de “la química que antecede al amor”; Jaime Ayala tiñe sus versos con “la sangre que llama y suspira”; Katherinne Herrera nos recuerda que “para todo hay tiempo”; Mario Gatica reflexiona inquebrantable “Rodará el mundo / y mi pasión será infinita”; Marcela Sieyes escribe: “La poesía vive cuando la voz implora”; Luisa Villalobos retrata lo invisible “un rayo se estremece / sobre los hombros de mi padre”; Felipe Ugalde nos invita, porque “todos somos el plato y todos somos la comida”; Ignacia González procrea “el arte de la irreverencia”; Gabriel Riquelme se conecta “contigo toda la vida”; Neftalí Vega se abre “a las heridas de la experiencia”; y Leonardo Jara ríe “con descaro, con ritmo, con calle”.
Cada una de estas voces revela una forma única de mirar el mundo, de nombrarlo y de resistirlo. Lo cierto es que no hay una sola manera de escribir, tampoco hay una sola forma de sentir. Esta multiplicidad poética es el corazón de Nace la palabra, es un coro sin jerarquías donde se canta desde la experiencia y unidos componen una melodía de humanidad para que podamos tararear en nuestro diario vivir. Desde Violeta Ediciones, celebramos la escritura de un colectivo que honra el acto de la palabra nacida en comunidad al alero del afecto y en resistencia.
Nace la palabra es semilla y memoria, sus versos seguirán germinando en cada lector. El eco de este taller ya resuena en quienes tienen la dicha de recorrer sus escritos. Cuando nace la palabra, nace el mundo.