Volver al centro de la vida
Un desafío urgente
Dios es el centro de todo. Si nos alejamos de él experimentaremos soledad, tristeza y orfandad. Lejos de Dios andaremos inquietos y desencajados, perdidos y abrumados y con la añoranza de volver. Para volver tenemos que hacerlo necesariamente en dirección al centro. No podemos ir hacia afuera porque significaría alejarnos aún más. Tampoco ha¬cia nuestro propio centro porque no experimenta¬ríamos ningún avance. El camino para volver lleva por nombre Jesús.