Más humana que médica
Del otro lado del escritorio. Palpando el dolor de cerca
¿Es esto avanzar o solo correr sin tregua?
Durante generaciones, a las mujeres se les enseñó a vivir para los demás. Esa educación del sacrificio aseguró sombras, culpas y dependencia. La autonomía llegó, sí, pero también trajo nuevas exigencias y un agotamiento que no aparece en ningún registro.
Allí nace una sutil tensión que no deja de latir entre el rendimiento que llama y el sostén que intenta abarcarlo todo.
¿Cuántas veces una mujer ha sostenido el mundo antes de poder sostenerse a sí misma?
Este libro nace del cansancio callado de quienes transitan cada día entre producir y acompañar. Desde una mirada más humana que técnica, la autora recoge lo que queda fuera de escena: dolores sin protocolo y ternuras que sobreviven incluso en plena intemperie emocional.
Escrito desde Chile, entrelaza neurociencia, clínica y experiencia social para iluminar la neuroplasticidad maternal, una transformación que reconfigura el vínculo y la manera de existir en el mundo. La evidencia sobre el estrés materno recuerda algo esencial: sostener también es cuidar la delicadeza del propio cerebro, ese refugio que guarda emociones, memorias y sueños.
La obra muestra la contradicción entre la promesa meritocrática y la precariedad cotidiana, y propone un llamado que va más allá del individuo: avanzar hacia un cobijo neuronal nacido del abrazo colectivo, un amparo que se construye con cercanía, comunidad y cariño.
Su eco es íntimo y colectivo.
Nadie puede cuidar sin ser cuidado.