Las viejas calles del paraíso
Todos los libros tienen una historia oculta que contar. A veces ahí se encuentra la esencia de los autores y de la creación literaria. En los dos momentos de las fotografías exhibidas, hormiguea la época de la dictadura, las carencias, el refugio de madera, los antiguos diccionarios, un escondido tarrito de café para retardar el hambre, una estufa de parafina, la máquina manual, amiga noble de cada jornada (la cual había que teclear dócilmente para no equivocarse), los primeros Diplomas de Concursos Literarios prendidos a modo de antorcha en esa luciente atmósfera, y aquel ímpetu de los 22 años en aquel rincón perdido de la bulliciosa ciudad, donde pocos sabían dónde estaba, qué hacía, manteniendo la moral en alto y la resistencia de quien proviene de las ollas vacías.