Reseña

La revitalización del concepto del carnaval bajo la égida del
neocarnaval puede darnos un suculento compost conceptual
para pensar las formas extra institucionales en que se codifican
y cifran los lenguajes de la tribu. Acompañar la (re)vuelta del
carnaval es traer la carne a la escritura como correlato de la
aparición del cuerpo en las últimas décadas. Ahora es la carne
misma la que nos permite pensar sus cualidades transgresivas
y reaccionarias en las que se esconde la potencia de giros de
pensamientos inesperados, la prefiguración utópica que exhibe
y el reverso destructor nihilista y diabólico que agazapa.

La revuelta genera su propia curaduría estética que le da forma
a un lenguaje que aúna, desde diversas materialidades, los
fragmentos de un discurso consagrado a la inversión simbólica
del orden dominante. La parodia del poder con los recursos del
arte, la cultura de masas, la tradición de las luchas políticas
populares y lo carnavalesco, dan cuerpo a un neocarnaval que
el pensamiento de la revuelta despliega siendo su artífice.